Retomamos el recorrido por los faros de Bretaña que dejamos en el Faro de la isla Tristán.
Situado en Finisterre, al norte de Cap Sizun, en el municipio de Beuzec-Cap-Sizun (48° 6′ 15″ N, 4° 27′ 54″ O), el
faro de Millier es uno de los casi 150 faros catalogados en la costa francesa.
El faro de Millier, también conocido como "Tan-ar-Millier", se alza al borde de los
acantilados de la punta del mismo nombre, en un terreno de páramo delimitado por un
muro de escombros de baja altura. se encuentra a 34 metros sobre el nivel del mar en
lo alto de una torre incrustada en el muro norte de la casa del farero.
Diseñado por el ingeniero Harel de la Noë, es el hermano en construcción del faro de
Beg Léguer, construido aproximadamente al mismo tiempo en la desembocadura del
río Lannion.
Tiene la apariencia clásica de un faro, con 12.60 metros de largo, 7.10 metros de
ancho y casi 7.50 metros de alto. Construido en granito común y revestido de pizarra,
está flanqueado en su fachada norte por un vanguardista semicircular que porta una
linterna —bastante inusual— de 4 metros de diámetro. Esta última tiene un tejado de
zinc rematado con un pararrayos y una veleta de doble flecha. La plataforma exterior
del faro, montada sobre ménsulas, está sujeta por una elegante barandilla de hierro
galvanizado, estampada en el centro con el año de la obra y decorada con una banda
estrellada en su parte inferior.
En el momento de su construcción, la fuente de luz era una sencilla lámpara de aceite
y, posteriormente, en 1965, llegó la electricidad. Mientras tanto, los alemanes retiraron
la óptica durante la Segunda Guerra Mundial, convirtiendo el faro en un puesto de
vigilancia. Seis fareros lo reemplazarían hasta 1993, cuando se automatizó.
Actualmente, se controla a distancia desde el Centro de Operaciones e Intervención
de Brest. Su lámpara tiene un alcance de 19 kilómetros y emite una luz con dos
ocultaciones, una blanca y otra roja, cada 6 segundos.